Hoy nos han visitado los amigos de VoluntaRíos. Desde temprano hemos estado recorriendo con ellos el río Pancrudo desde su desembocadura hasta el puente de San Miguel, todo el territorio de este río comprendido en la comarca del Jiloca.
Lo cierto es que me ha parecido increíble que haya gente tan comprometida y sensibilizada con los ríos, y en general, con el medio ambiente. Desde aquí hemos intentado transmitirles todo aquello que sabemos de nuestro río Pancrudo, de las riberas de chopos cabeceros, de los usos de las antiguas yeseras, de la importancia de estos ambientes naturales tan pobres a simple vista pero tan ricos cuando profundizamos en su gran especificidad y exclusividad, así como de la problemática de su supervivencia y conservación. Para finalizar la jornada, hemos plantado 100 sabinas en una ladera afectada hace unos años por un incendio forestal.
Ellos nos han transmitido las ganas y la ilusión de un grupo de gente unida de muy distintas edades, en algunos de setenta para arriba. Ese espíritu, esas ganas, la convicción y el sacrificio de una mañana de domingo, el interés y las ganas de aprender son una lección de esas que nunca olvidas. Una experiencia preciosa.
VoluntaRíos.
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