domingo, 13 de abril de 2008

Fin de semana primaveral

Poco a poco los días van siendo cada vez más largos y el sol calienta cada vez más. Las collalbas grises ya se ven por lo campos desde hace unas semanas.



Collalba gris. De la Vega©

En los montes de la cuenca de Gallocanta el marojal todavía no ha despertado del letargo invernal y sus ramas permanecen aun desnudas. Las últimas lluvias, aunque escasas, se notan un poco: los musgos ya tienen vivos colores que nos dan un toque de color en el sotobosque y nos recuerdan que sigue habiendo vida tras el largo invierno.


Desde el pico de Santa Cruz (1.423 m.) la vista es espectacular. El valle del Jiloca, el Campo Romanos, montes de Calatayud, Moncayo, y sobre todo, cuenca de Gallocanta. La laguna de Guialguerrero es como un charco rodeada de sembrados. Y el ibérico paleozoico bajo nuestros pies y de noroeste a sureste.

En Sierra Menera el invierno también se resiste. Cielos azules y rodeno, esa piedra rojiza que en esta zona lo impregna todo. Paisajes sinuosos, rotundos. Como el aljibe de Rodenas, otras viejas construcciones de rojo pedernal se levantan y conjugan a la perfección con su entorno. Un equilibrio de colores, formas, arte y un estilo de vida a caballo entre el Jiloca y Albarracín.



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