Con las últimas lluvias, aunque escasas, los campos comienzan a cambiar de color. Preciosos atardeceres estos días de transición y nubes altas. Cielos limpios y puros. Mientras, nuestra sabina de Blancas sigue tan majuestuosa como siempre. ¿Cuántas generaciones ha visto desfilar bajo sus enormes brazos leñosos? Es un auténtico monumento al paso del tiempo...
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