Maestrazgo

Desde los picos más altos hasta el llano. Cañones socavados por ríos salvajes (hoy mansos arroyos), bosques inmensos que hacen de la vista un todo verde. La nieve desparramada suavemente en las laderas umbrías o tapizando las cumbres más altas. Cielos de azul intenso.

El ganado campando entre pastizales y preciosas poblaciones en piedra que salpican el paisaje aquí y allá: en el cerro, en el valle. Piedra seca también en los muretes y cerradas, y en masadas que rezuman historia. Entre sus grietas y tejados caídos hoy sólo queda, acaso, un haz de tristeza y el eco masovero de un adios lejano.

Paisajes y pueblos que gritan en silencio su belleza. Entre valles y calles, de la torre a la cumbre, el Maestrazgo es majestuoso, un entorno lleno de magia en el que hombre y naturaleza han sabido conjugarse casi a la perfección. Todo un desafío para los tiempos que corren.