Ir a las Azores es un viaje entre dos mundos. Rodeada de agua, la isla de San Miguel (São Miguel, en portugués) asoma por encima del océano inmenso y exhibe naturaleza en estado puro. Volcanes aparentemente apagados, fumarolas, bosques, prados, enormes lagos y lagunas además de playas impresionantes. Todo un placer perderse y recorrer sus estrechas carreteras costeras y aventurarse a las cimas desde donde se acarician las nubes.